Ruta del Vino Montilla-Moriles (enoturismo) 1
Enoturismo

Ruta del Vino Montilla-Moriles (enoturismo)

Ruta del Vino Montilla-Moriles, dentro del mundo del enoturismo, es una de las que están al amparo de ACEVIN.

Esta Ruta del Vino Montilla-Moriles, integrada por los municipios de Aguilar de la Frontera, Córdoba, Fernán Núñez, La Rambla, Lucena, Montemayor, Montilla, Moriles y Puente Genil extendiéndose por el centro y sur de la provincia de Córdoba.

Supone un acercamiento a los vinos generosos de la D.O. Montilla-Moriles, vinos que son ciertamente exclusivos.

Un soldado de los tercios de Flandes, Peter Ximén, fue quien trajo a la campiña cordobesa sarmientos de una vid que se cultivaba en el Valle
del Rin. Esta variedad se aclimató excepcionalmente al suelo y al clima de la zona y, a partir de aquel momento, la totalidad del mosto para la elaboración de los vinos de esta Denominación (excepto del joven que se mezcla con otras variedades) procede de ese tipo de uva que pasó a denominarse Pedro Ximénez.

Entre las suaves lomas y laderas por donde transcurre la Ruta del Vino Montilla-Moriles encontramos los lagares centenarios.

Las cinco clases de vino que nos podremos encontrar en esta ruta del vino serán el Joven, el Fino, el Amontillado, el Oloroso y el Pedro Ximénez.

Las bodegas de la Ruta del Vino Montilla-Moriles ofrecen la posibilidad de disfrutar de una cata a medida al tiempo que muestran las peculiaridades de la elaboración de estos vinos donde la estrella indiscutible es la uva Pedro Ximénez y en la que interviene la crianza biológica (para el Fino) y la crianza oxidativa (para los Amontillados, Olorosos y Pedro Ximénez) siguiendo el sistema de criaderas y soleras.

Y en esta ruta, como no podía ser de otra forma, se puede degustar una rica y variada gastronomía, procedente de las diferentes culturas que han pasado por esta zona; y es que la cocina de los pueblos de la Ruta posee una identidad propia en la que los productos de la tierra se unen al poso de las culturas árabe, judía y cristiana y en la que los vinos Montilla-Moriles son perfecta compañía o un ingrediente más.

Un delicioso recorrido que lleva a conocer platos como el salmorejo, el flamenquín, las habas con berenjenas y morcilla, la sopa de gato, las naranjas picás con bacalao, la roña de habichuelones, el potaje de castañas, las gachas de mosto, el arrope, las merengás de café y fresa, las
orejitas de abad, el dulce de membrillo, el pastel cordobés, los alfajores, los panetes, los roscos de San Blas, etc.