Ya que la pequeña ayer tenía antojo de pizza he decidido improvisar con lo que tenía por la nevera y he optado por sustituir la mozzarella por el queso de Arzúa, con el cual ya hago sandwiches riquísimos. Los comensales quedaron encantados, con lo cual os dejo la receta que es la mar de sencilla.
Ingredientes para 4 personas:
- Masa de pizza a poder ser rectangular (quede mejor para poner el queso)
- 180 gramos de jamón york.
- 250 gramos de queso de Arzúa
- Tomate
- Orégano
- Albahaca
- Aceitunas
Elaboración:
Se precalienta el horno durante 10 minutos a 200 grados mientras montamos nuestra pizza.
En una bandeja de horno extendemos la masa. Echamos un bote pequeño de tomate por toda la pizza (200 gramos es suficiente). Expolvoreamos con orégano y albahaca por encima del tomate y esperamos un minuto.
Cortamos el queso de Arzúa en cuadrados que situaremos por encima del tomate intentando que tape lo más posible la superficie. Se desmenuza el jamón york y se va esparciendo por encima del queso, sin que haga falta taparlo todo ya que la gracia de este queso es que se funde de maravilla.
Cogemos las aceitunas y las troceamos echándolas por encima.
Metemos al horno a 180º durante 10 minutos más o menos y cuando veamos que se está haciendo se pone en posición grill unos 3 minutos y ya está.
