Ha surgido en los últimos años una nueva corriente gastronómica que ha aparecido en el interior de los mercados más tradicionales de cada ciudad. La oportunidad que brinda contar con los productos más frescos de cada comarca han hecho posible una curiosa fusión de fogones y alimentos que han derivado en los nuevos puestos gastronómicos dentro de ellos, lo que han potenciado la figura de estas vetustas construcciones que, en algunos lugares, han tenido incluso que remodelarse para adaptarse a las nuevas demandas del mercado. Madrid, Sevilla, Bilbao, Valencia o Barcelona son alguno de los ejemplos donde podrás disfrutar de un paseo por los pasillos de un mercado tradicional al tiempo que puedes disfrutar de exquisiteces elaboradas con los productos más frescos. De la huerta al plato en cuestión de unos minutos.
En Madrid, junto a la calle Mayor se encuentra el Mercado de San Miguel. Inaugurado en 1916 volvió a reabrirse hace apenas cinco años después de una serie de reformas que han permitido mantener su estructura originaria de hierro. Ahora es toda una institución en el mundo de los mercados gourmets y encabeza listas como la elaborada por el blog de GoEuro, pudiendo encontrarse numerosas referencias gastronómicas: desde el marisco más fresco, todo tipo de bebidas y tapas creativas. Mercado de San Miguel está considerado como Bien de Interés Cultural en su categoría de museo. Cerca de Fuencarral encontramos el Mercado de San Ildefonso. El que fuera primer área de abastos de Madrid, ahora es todo un ejemplo de street food market en plena Malasaña. Con sus 700 metros cuadrados de superficie, cuenta con tres plantas y más de 18 puestos con una barra individual donde se sirven las bebidas. En su planta principal, un enorme árbol preside su hall central. Además tiene patio exterior, ideal para los días de verano donde aprieta el calor dentro y, al atardecer, apetece estar al descubierto charlando con amigos.
La Boquería, Barcelona
Si visitas Barcelona, hay un lugar imprescindible que debes conocer. Se trata de La Boquería, en plena Rambla de la ciudad condal. Cuenta con puestos especializados en productos concretos: desde el bacalao, hasta el plátano o los huevos. Convive el mercado tradicional con los nuevos establecimientos gastronómicos que por un precio módico ofrecen una amplia selección de sabores de todo el mundo. Si tienes suerte puedes encontrarte por allí a Ferrán Adriá desayunando en el popular Pinotxo, circunstancia que ha convertido a La Boquería en uno de los mercados gastronómicos europeos más conocidos en el turismo extranjero.
Sevilla es un lugar de eminente tradición gastronómica y dentro de sus mercados también ha nacido una nueva tendencia de tapeo a un precio que puede sorprender a todos: menos de diez euros por persona. El de Triana es un claro ejemplo. Situado junto a la plaza del Altozano, dicen los expertos que allí se degustan las ostras más frescas de Andalucía junto a un delicioso sushi. Dentro del mercado hay espectáculos flamencos por lo que la experiencia siempre es aún mejor si la gastronomía se acompaña de cultura. En el resto de la geografía española existen algunos mercados interesantes para el turista como el de Colón, en Valencia, declarado como Monumento Nacional y donde se puede disfrutar de buenos locales para comer alimentos locales o comprar alimentos frescos de la región. Descubrir los hábitos de consumo de los habitantes también es uno de los puntos fuertes del mercado del Ensanche, en Bilbao y que se construyó en el siglo XIX convirtiéndose en el más importante del centro de la ciudad. Un mercado «de toda la vida», agradable en su visita y donde sus tenderos te recibirán siempre con una sonrisa y el tradicional humor que caracteriza al entrañable pueblo vasco.
