Ya hablamos en cierta ocasión en este magazine de ciertos ‘comportamientos extraños‘ que realizaban algunas bodegas y que pudimos comprobar directamente. También hablamos sobre el tema de las puntuaciones, medallas y opiniones de gurús. Y lo último ocurrido en el Concours Moundial de Bruxelles no hace más que confirmar el negocio que se envuelve en muchos de estos certámenes y el valor real que hay que darle a las medallitas.
Y es que el director de este certamen ha anunciado que dos bodegas han sido descubiertas presentando al concurso vinos completamente diferentes a los que luego embotella y vende en los supermercados. Las muestras presentadas llevaron medallas el año pasado y se han utilizado las mismas para ponerlas en botellas que se venden en supermercados y en las cuáles el vino que poseen no se parece en nada al que se presentó al concurso y que sí consiguió medalla.
Por ahora han sido dos bodegas las encontradas y ya se han presentado una queja al Ministerio de Economía en Bélgica, que puede presentar demandas por fraude.
Por lo de pronto, se obliga a dichas bodegas a retirar de los supermercados todas las botellas en las que hay la etiqueta de la medalla obtenida en base a engaños.
Pero la desconfianza en este excelente Concurso ya está servida. Y ojo, que lo consideramos como uno de los mejores del mundo, pero si en este hay ‘pillería’ de las bodegas, qué no ocurrirá en otros de menos calado y más locales.
La primera vez que se descubrió una actuación similar, curiosamente fue en España, cuando un juez español adquirió el vino en un supermercado español y dijo que era imposible que ese vino hubiese llevado una medalla de oro en este concurso, con lo cual el director del mismo lo comparó con el vino que ellos tenían y el parecido entre ambos vinos no existía.
Desde ese caso, se hace un muestreo al azar en este concurso de 100 botellas y, en la edición del año pasado, se han encontrado dos que hacían esta táctica. Solo podemos que felicitar al comportamiento de este concurso y de su dirección, pero nos gustaría que se extendiese a la totalidad de vinos que se presentan y a todos los concursos, porque a nadie nos gusta que nos den ‘gato por liebre’.
Tras todo esto, ¿te sigues fiando de las medallas de los concursos?
