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Un acercamiento a Os Ancares

La comarca de Os Ancares, situada al este de la provincia, constituye una imponente barrera que actúa como límite natural entre Galicia y Castilla León. Tanto la historia como la vida están condicionadas por este escarpado relieve, que supera en más de la mitad de su superficie los 1000 metros de altitud.

Os Ancares guardan importantes vestigios prerromanos, pues ya hace más de dos mil años estos montes estaban habitados por tribus como la de los zoelas. Su situación estratégica hizo de esta comarca escenario de importantes episodios bélicos, no sólo en la antigüedad, con la conquista de Augusto, sino en épocas muy posteriores, como en las revueltas irmandiñas (siglos XIII y XIV) y más recientemente, durante la ocupación francesa y las guerras carlistas.

Los Ancares se caracterizan por su indudable valor como reserva natural, pero sus valles, sus montes, sus pueblos están salpicados de vestigios hermosos y muy valiosos de diferentes épocas, con el añadido de conservarse en un entorno apenas alterado por el hombre.

Los conjuntos de pallozas constituyen el monumento más importante, pueden admirarse en Piornedo, en O Cebreiro, en Campo del Agua y aisladamente en otros rincones de la comarca.

La vivienda original y tradicional son las pallozas, son de origen prerromano, son las viviendas tradicionales por antonomasia. Presentan planta oval, circular o elíptica, con techo de «colmo» y paredes de mampostería. En ellas vivían las familias con sus animales domésticos, los cuales les proporcionaban calor. Son en realidad consecuencia directa del precario modo de vida vigente durante siglos, si bien resultan bastante imaginativas, al aprovechar tanto el desnivel del terreno para el vertido de aguas residuales, como su orientación adecuada al sol, para captar hasta el más mínimo rayo de luz.

En cualquier lugar nos podremos encontrar robles centenarios que nos sorprenderán, al igual que las abundantes colonias de acebos, se cuyo fruto se alimenta el urogallo, una especie protegida y emblemática de Ancares. A ellos se unen castaños y nogales. El brezo y los arándanos, con los que se elabora un riquísimo licor. Proliferan los jabalíes, corzos, ciervos, conejos, liebres, y, en menor medida, la perdiz de cabeza roja, pues el abandono de los campos de grano dificulta la existencia de colonias de esta especie.

En fin, sin duda un lugar donde merece la pena perderse.

Fuente: Turgalicia y ancares.info