Después de dejaros dos recetas de solomillo de cerdo como fueron Medallones de solomillo de cerdo a la mostaza y Medallones de solomillo de cerdo a la jardinera, hoy os traemos esta tercera receta de solomillo de cerdo lo que o sindica bien a las claras que es una de nuestras carnes favoritas.
Se trata de este receta de Medallones de solomillo de cerdo con verduras y reducción al vino tinto.
No deja de ser otra forma de presentar los medallones de solomillo de cerdo como las anteriores recetas, aunque en esta ocasión el vino tinto es la parte diferenciadora.
Ingredientes:
- Un solomillo de cerdo de unos 500 gramos
- Zanahorias
- Judías redondas
- Guisantes
- 1 Cebolla grande
- Maiz
- Pimiento rojo
- 4 patatas medianas
- Vino tinto (medio vaso)
- Aceite
- Pimienta negra
- Sal
Cortamos el solomillo en medallones y los salpimentamos. Veís que en otras recetas pasamos los medallones mucho porque nos gustan oscuros. En esta ocasión los pasamos mucho menos, ya que con lo oscuro de la salsa a base de vino tinto, quedarían poco lucidos en el plato. Los dejamos salpimentar una media hora y los hacemos en una sartén con poco aceite muy caliente, sellándolos por arriba y por abajo y dejándolos al punto por el medio, sin que estén crudos. Este es el único truco difícil de esta receta. Los reservamos.
Ponemos una olla con agua a hervir y cuando empiece la ebullición, echamos las verduras cortadas: zanahorias, judías redondas, maiz y pimiento. Las dejamos unos minutos que se escalden bien y las sacamos, las escurrimos y los echamos en una sartén donde tenemos fuego vivo con un poco de aceite. Revolvemos rápidamente y salteándolas durante unos cinco minutos o bien hasta que veamos que se quedan blandas para poder comerlas.
Solo nos queda la reducción. Cortamos la cebolla en trozos y la sofreímos hasta que ablande. En ese momento se le echa el vino tinto y se deja unos minutos para que se reduzca el alcohol. Nosotros en este punto añadimos un poco de tomillo a la salsa, casi justo al final. Incluso hay quien le hecha romero.
Ya solo queda emplatar y acompañar con algo, bien arroz blanco o, como nosotros en esta ocasión, patatas cocidas que habíamos hecho antes.
Es una receta por fases pero todas muy sencillas.
Véis que emplatamos en tres partes: carne, verduras y las patatas con la reducción del vino y la cebolla por encima. DE esta forma permite combinar los sabres en cada bocado alternando, sin que estén todos los sabores unidos al no combinarlos todos juntos.
