Hoy me voy a detener en una de las dos muy gratas sorpresas que he tenido el placer de encontrarme recientemente en una cata que he asistido. Ambos son dos vinos de las Bodegas Mustiguillo de la que no hace mucho que he hablado aquí y se trata del Mestizaje en versión tinto y del Mestizaje blanco.
El que os comento hoy es el tinto en el cual no solo se ha empleado la variedad Bobal, típica de el Terrerazo, zona de esta bodega y que se ha empleado en un 85%, sino que han formado parte de su elaboración otras varietales como son Cabernet S., Tempranillo, Shyrah y Merlot, un mestizaje de varietales que da honor al nombre de este vino y que aporta una mezcla de sensaciones magnífica. Cada variedad fermenta por separado en depósitos de acero inoxidable o tinas de madera. Tras reposar tres meses en depósito de madera, el vino pasa a barricas de roble francés ya usadas en las que permanece ocho-diez meses más. Aporta una graduación de 14º.
Nota de cata:
El Mestizaje en su variante tinto, nos ofrece a la vista un color cereza picota intenso, que deja entrever unos ribetes violáceos que denotan su juventud, lo cual muestra que es un vino muy vivo.
En nariz posee una sensación inicial a variedades frutales, mucho que ver con la gran variedad de uvas que lo elaboran y lo que aporta cada una. Al moverlo en copa se perciben ligeros tonos a madera pero con mucha suavidad.
Su entrada en boca es ligera, plena pero acompañada de una gran dulzura. Además, la posible acidez debida a la mezcla de uvas en su elaboración pasa por completo desapercibida mostrando un grado muy acertado. El tanino, de gran suavidad y muy redondo, va llenando la boca de forma gradual, sin mostrar pesadez.
