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Pros y contras de los vinos sintéticos

Pros y contras de los vinos sintéticos, o como nosotros los definimos en su día, vinos hechos sin uva (incongruente).

Hay voces de especialistas en vino a favor y en contra de estos vinos sintéticos. Recordemos como se les ocurrió esta idea a sus creadores. Uno de ellos quería probar el vino Chateau Montelena Chardonnay de 1973, el primer Chardonnay americano que consiguió adelantar en críticas a uno francés. Lógicamente, la escasez de este vino hace que tenga un precio desorbitado. ¿Y por qué los grandes vinos solo pueden estar al alcance de los grandes bolsillos?

El «Juicio de Paris» hace 40 años, enfrentó varietales de California a sus homólogas francesas marcó un antes y un después dentro del consumo de vino en los USA. Alguna de esas botellas se ha llegado a vender recientemente por más de 11.000 dólares. ¿Por qué no lo puede beber un bolsillo humilde?

Lo mismo pasa con algunas añadas de Burdeos como la del 61 o la del 82. La escasez de botellas dispara el precio de forma desorbitada. Algunas añadas de Borgoña, incluso determinados champagnes siguen el mismo camino.

A los creadores de la idea se les ocurrió ‘democratizar’ el consumo de grandes vinos no accesibles por su precio. Un vino sintético, realmente una recreación química de esos grandes vinos, donde la uva no existe. Huelen y saben como esos grandes vinos, pero en esencia no son vinos porque no tienen uva.

Pros

El primero sin duda es el de poder acceder a amantes del vino a probar vinos que nunca podría. Esto puede despertar ciertamente la pasión por el vino y ayudar al aumento del consumo.

Otro pro, o bien argumento a favor es el que da uno de sus creadores. Tendemos a todos tipo de alimentos sintéticos. ¿Por qué no el vino? Lo cierto es que presentó uno de sus vinos a un certamen y lo calificaron como bueno sin sospechar nada.

 

Otro pro es el de pinchar la burbuja que se circunscribe alrededor del mundo del vino. Sobre todo de grandes vinos. Un gran enólogo de la Borgoña dijo que ningún vino en el mundo cuesta más de 10 euros producirlo. ¿Por qué se dispara entonces el precio?. Si se pudiera crear en laboratorio, la burbuja pincharía sin duda.

Hay quien indica que ya de por sí los vinos están sufriendo manipulaciones para llegar al mercado. ¿Entonces por quñe tanto revuelo con estos vinos sintéticos?

Contras

Sin duda está en el nombre. Es engañar jurídicamente al cliente el llamar vino a estas bebidas. Es cuestionable si el producto podría en realidad nunca denominarse como vino, ya que tendría que ser legalmente elaborado con uvas con el fin de ajustarse a la ley.

Maureen Downey fundadora de Chai Consulting, empresa que evalúa condiciones de los vinos de colección, dijo que la idea era repugnante.

Y es que aquellos que defendemos los ‘vinos con alma’ en estos vinos sintéticos, esta no existe.

Vender un vino sintético como igual que el original en parte es aprovecharse del esfuerzo y trabajo de otros. El enólogo, bodeguero o agricultor podría decir que están aprovechándose de un trabajo que hicieron ellos hace años.

 

Per Holmberg, vicepresidente y jefe de la sección de vinos en Christie en Nueva York, no se opone a estas bebidas. Pero eso sí, y lo ideal sería comercializarlo en la sección de refresco de los supermercados.

Lo que si es cierto es que dos botellas de una misma añada del mismo vino no tiene  porque ser iguales. La vida que hayan llevado puede haber influido en el vino. En ese caso, ¿cuál sería de las dos botellas las que marcase como debería ser el vino?

Lo cierto es que ya seamos de los que nos apasiona el mundo del vino o no, hemos de reconocer que a cualquiera nos gustaría poder probar vinos caros, con lo cual mucho nos tememos que estos denominados como vinos sintéticos tendrán su mercado, pero deberán de ser identificados de otra forma que no sea ‘vino’.