Toscana: un paraíso para los amantes del vino 4
Enoturismo

Toscana: un paraíso para los amantes del vino

Después de Francia, Italia es el país más reconocido mundialmente por el vino, debido a la famosa región de producción vinícola internacional de Toscana. Esta zona fue colonizada por los etruscos allá por el 800 a. C. y serían ellos los primeros en apreciar y potenciar el sabor de las uvas que crecían de las cepas silvestres sobre las colinas. Hoy en día, existen varias tipologías de uvas que se cultivan en las diversas zonas de la región y, cada una de ellas, refleja el carácter del lugar donde se procesa la vinificación. Si eres un verdadero amante de la enología, no puedes perderte esta ruta por las ciudades vinícolas más importantes de Toscana.

La primera parada obligatoria sería Florencia, no solo por las maravillas artísticas y culturales que allí se pueden contemplar, sino además por sus afamadas rutas del vino alrededor de una de las zonas más prestigiosas del mundo, el Chianti. Además de las cantinas y enotecas por toda la ciudad, existen también pequeños negocios conocidos como “viniani”, donde podrás degustar vinos reputados como el Ornellaia o el Brunello di Montalcino. La capital del arte italiano cuenta con un amplio servicio turístico y puedes encontrar fácilmente hospedaje echando un vistazo online, por ejemplo en venere.com puedes encontrar alojamientos que ofrezcan además tours guiados por los viñedos más destacados.

La ciudad de Siena es otro referente de la enología italiana, donde además del Chianti Clàsico se cultiva la variedad tinta de uva autóctona “sangiovese”, que produce uno de los vinos con denominación de origen de renombre internacional. Además podrás callejear entre sus plazas, vías y pasajes o visitar el impresionante Duomo en centro histórico medieval, que es todo peatonal.

También la localidad de San Gimignano es destino predilecto por los apasionados del enoturismo. Esta ciudad del Medievo, custodiada por 15 antiguas torres, es una maravilla paisajística toscana, donde las villas y colinas esconden preciadísimas bodegas. No puedes irte sin saborear el “Vernaccia di San Gimignano”, un blanco seco y afilado que Dante constató como el vino que bebió el Papa al cometer el pecado capital de la gula.

Y aprovechando las rutas por esta intensa y apasionante región, en la que la cultura vinícola está presente en todo momento y lugar, no dejes de visitar ciudades como Pisa y su archiconocida torre inclinada, o Pistoia, donde disfrutarás tomando una copa de vino y una tapa en cualquier acogedora placita. Asimismo, los parajes etruscos de Volterra o el imponente recinto medieval de la ciudad de Lucca, no te dejarán indiferente.

Artículo nuestra colaboradora C.O.

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