La demanda de vinos de renombre impulsa a los falsificadores con lo que nos encontramos con una creciente aparición en el mercado. Como indicaba ayer thedrinkbusiness, añadas clásicas de Henri Jayer y Romanée-Conti 1971 son los vinos más falsificados en el mundo y lo curioso es porque ha aumentado considerablemente la demanda de bebedores dispuestos a tomar esos vinos.
David Wainwright es uno de los principales expertos del mundo en vinos y falsificaciones, y asegura que ‘hace unos años, algunos compraban una botella con ‘Laffite’ en la etiqueta y no importaba nada más, pero los estafadores son cada vez más inteligentes ahora y detectar falsificaciones es cada vez más difícil’.
Los productores se han vuelto mucho más vigilantes en la actualidad, lo contrario a las décadas de 1960 y 1970, cuando incluso se vendían etiquetas al por menor a turistas y visitantes de las bodegas o se repartían a los establecimientos por si a alguna botella se le estropeaba.
