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Burdeos reza porque llueva

Saint Emilion

Burdeos reza porque llueva. Si desde esta zona se dice que la cosecha ‘es interesante’, mucho nos tememos a que se refieren a que es difícil. Hay quien sigue creyendo que será una gran cosecha, no espectacular. Pero para ello se van a tener que dar muchos pasos en la viña antes de llegar a la bodega por que los rendimientos se espera que sean bajos.

La floración fue desigual después de una primavera húmeda y fría. Esto ha hecho que la maduración se haya retrasado casi dos semanas en algunas zonas.  A la primavera le siguió un julio muy caluroso y seco y agosto aun más. A mediodía las temperaturas superan bien los 3oºC

Mientras que las lluvias tardías de primavera y principios de verano preparan las vides destinadas a las condiciones de sequía, el clima seco que continuó tiene a los viticultores mirando al cielo y rezando por que llueva.

«Necesitamos la lluvia significativa. No pocas lluvias» dijo Martin Krajewski en Château de Sours en Entre-deux-Mers .

Los viticultores deben decidir entre anticipar la cosecha y correr el riesgo de vinos verdes o esperar la lluvia y las noches frías para permitir que las uvas maduren sin perder acidez. Se espera comenzar a recoger las rojas en la tercera semana de septiembre, «si tenemos suficiente lluvia para refrescar las vides».

La cosecha de las blancas comenzó a principios de esta semana (una semana más tarde que el año pasado). Fue el primer crecimiento Château Haut-Brion en parcelas de Sauvignon Blanc y Sauvignon Gris. A pesar de que las uvas parecían «magníficas», hubo lamentos por la falta de agua de riego que las habría ayudado.

Blancas y tintas

 

Para los blancos, la acidez va a ser clave. «No es un año para los blancos. Los racimos generalmente se ven fantásticos, con bayas apretados pero lo que hay dentro no es lo que queremos. El ácido está cayendo rápidamente».

 

En cuanto a las uvas rojas, todo es especulación. Si la ola de calor continúa, esas vides que no tienen los pies en la arcilla van a sufrir.

Las lluvias de septiembre puedan salvar esta añada. El escenario ideal sería varios días de lluvia seguido de más sol, y noches frescas previas a la cosecha.