Foto de agencia EFE
Esas son las declaraciones en la cárcel de su asesina confesa, a lo que añade: ‘hace mucho tiempo que no comía como hoy’.
Da la sensación que la inquina personal es más que motivo en este caso para haber asesinado a Isabel Carrasco. La hija no, justo lo contrario. Es consciente de las consecuencias y se encuentra en estado depresivo.
González lleva mostrando esta actitud desde que confesó el crimen a la Policía. Tenía una inquina absoluta contra la presidenta de la Diputación de León y del PP regional, a la que entre otras cosas le reprochaba que su hija hubiera perdido su empleo en la institución provincial como ingeniera en Telecomunicaciones.
Al contrario que su madre, Triana Martínez está pasándolo muy mal en prisión. Está interna en un módulo diferente, alejada de Montserrat, y según aseguraron las fuentes consultadas está muy asustada. Al igual que su madre, una interna la acompaña en todo momento, en su caso con más razón todavía debido al estado de derrumbamiento en el que se encuentra.
Dos policías más a declarar
Lo que parece además es que Raquel Gago, la policía local imputada, entregó el arma con el que se cometió el crimen tras recibir una filtración de la comisaría de Policía, en la que la habrían informado de que las dos detenidas en ese momento habían dado su nombre durante los interrogatorios realizados.
¿Quién le filtró esa información? ¿Hay más trama por defender a las personas que participaron en el asesinato de Isabel Carrasco?
Al parecer en la revisión de los datos de las llamadas de Raquel G.R. se han confirmado llamadas a otros 2 compañeros del cuerpo. Uno de ellos era amigo de Triana, la hija de la autora confesa de los disparos sobre Isabel Carrasco.
Así lo han confirmado este viernes fuentes de la investigación. Ambos han sido llamados a declarar después de que en el transcurso de la investigación se cotejaran los movimientos vía GPS de los teléfonos de las tres imputadas hasta la fecha, Montserrat González, Triana Martínez, y la policía local Raquel G.R.
