Según los informes de «Decanter China» el gobierno de Pekín, a través de la Asociación de Bebidas Alcohólicas China (CADA), se decidió a dar un paso más en este camino, dándole el título de «vino de verano» en un primer tramo de dieciséis bodegas en las regiones de Pekín (3), Hebei (4), Xinjiang (4) y Ningxia (5) y, al hacerlo, estableció un primer estándar oficial de calidad para la producción de vino.
La obtención de este certificado de calidad obligó a que las bodegas hayan tenido que demostrar tener el control total de sus viñedos, que debe tener al menos tres años de vida, así como la producción y embotellado de sus etiquetas (al menos 10.000 botellas al año) en la misma empresa, bajo la supervisión de una figura con un plan de estudios en enología . Además, uno de los parámetros también tiene que ver con el rendimiento por hectárea, que debe estar entre 94 y 115 hl, dependiendo de la variedad de uva – casi el doble del AOC de Burdeos, que es igual a 58 hectolitros por hectárea. De esta manera la asociación espera para «proteger la reputación de los fabricantes chinos en los mercados nacionales e internacionales.»
