¿Llegará a España la moda de las 'wine raves'? 1
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¿Llegará a España la moda de las ‘wine raves’?

Cuando aun son muchas las personas en España y en otros países que comienzan a aficionarse al mundo del vino, asistiendo a catas de iniciación para aprender mas de vinos, en otros puntos del planeta ya se está poniendo de moda el consumo de vino de formas diferentes. Una de ellas, muy de moda en los Estados Unidos, principalmente en Los Ángeles , son las denominadas ‘wine raves‘, que no dejan de ser fiestas nocturnas con música electrónica en las que el vino pasa a ser uno de los participantes en los combinados alcohólicos y cocktails que se beben.

Raves es el nombre que se le comenzó a dar a las fiestas clandestinas, por lo general de música electrónica, que surgieron en la década de los años 80 como respuesta a la restricción de horarios para espectáculos nocturnos en algunos países de Europa. Pues en los usa, están de moda.

Maxwell Leer -ex director de vinos de Bestia, uno de los restaurantes más reconocidos de California- y Adam Vourvoulis -ex gerente general y director de bebidas en los restaurantes franceses Trois Mec y Petit Trois- son los creadores de las wine raves: fiestas electrónicas (y algo psicodélicas) con el vino como protagonista, que vienen a cuestionar el consumo tradicional de esta bebida.

Las wine raves arrancan cerca de las 11 de la noche. El espacio se divide en dos: por un lado, una pista con DJ en vivo; por otro, un salón con iluminación tenue y mesas para sentarse en grupo y conversar. En el momento de ingresar, se puede optar por una entrada de 20 dólares que incluye un trago a base de vino y shots (también de vino) ilimitados, o bien una entrada de 30 dólares que, en lugar del trago único, ofrece toda una botella del cocktail de preferencia. Como plus para ambos tickets, se entrega pintura fluorescente para brillar bajo la luz negra. El staff de Honeycut se suma al juego con trajes decorados con luces LED. El resultado del despliegue: una fiesta bioluminiscente.

Maxwell y Adam aseguran que usan un gran vino para sus cócteles y shots (con puntaje 98 según su propio criterio de calificación). Además, son elaboradores de algunas de las bebidas que se ofrecen y que ofician de ingredientes: hacen una tónica casera y también un vino Garnacha Rosé (variedad española), con producción en la zona californiana de Rancho Cucamonga. A la hora de servir, nada de copas convencionales: los jóvenes sommeliers adecuaron su cristalería para que brille en la oscuridad.

La fecha exacta de cada fiesta se publica en la página oficial del evento o a través de las redes sociales.

 

Visto en Planeta Joy