Reconocimiento oficial del engaño en el ‘ibérico español’
Tras nuestros artículos anteriores No es ibérico todo lo que pone ibérico, No es ibérico todo lo que pone ibérico (2ª parte) y Cómo se ‘paga’ el timo del jamón ibérico, hoy queremos dejaros el siguiente en el cual recogemos la respuesta del ejecutivo español a la pregunta parlamentaria del diputado Toni Cantó: “Seguramente por la gran importancia que en este caso concreto se concede a la raza, es por lo que se ha generalizado su empleo desde hace bastantes años para designar no solo a los animales de raza pura y sus productos, sino también a los procedentes de cruces de raza ibérica con otras, empleo que recoge tanto la vigente norma de calidad como también las anteriores”.
Bajo el engañoso diploma racial y comercial de ibérico, muchas empresas se han lanzado a la cría de estos cerdos, no ibéricos, pero que si admiten esta etiqueta, lo cual supone un engaño al consumidor permitido por los poderes públicos. La palabra ‘Ibérico’ en compañía a cualquier producto derivado del cerdo es un atractivo sin duda para cualquier consumidor.
Cerdos criados en granjas intensivas, lejos de ser criados como la normativa del Ibérico indica, son muchas veces sacrificados antes de cumplir los 10 meses de edad que fija la reglamentación, dada la pasividad y negligencia que despliegan las instituciones titulares de las competencias de supervisión.
Esta cantidad millonaria de piezas de jamón pseudoibérico, convertidas en muchos casos en ganchos de reclamo comercial por las grandes superficies, se ubican físicamente al lado de los productos realmente ibéricos, con lo cual, ante la comparativa de precios sustancialmente diferentes, el consumidor se inclina por la compra de estos pseudoproductos frente a los Ibéricos tradicionales de toda la vida.
