Que el mundo del vino es un mundo en el que triunfan los sentidos es un hecho. No solo en la cata en la cual ya la vista, el olfato y el paladar son indispensables, sino que todo lo que rodea al mundo del vino está sujeto a los sentidos, las percepciones y lo que estas generan en el cliente o consumidor final.
Y es que en el mundo del negocio del vino es tan importante el hacer un buen vino como realizar una buena campaña de marketing que lo sepa promocionar, o sea, vender. No todos los vinos tienen la suerte de venderse ellos solos, lo que implica que hay que realizar alguna acción promocional para empujar su comercialización. Y ahí vuelven a aparecer los sentidos como factor clave.
Desde un buen anuncio y/o eslogan, pasando por escoger un buen medio de comunicación para promocionarse, hasta llegar a la elección perfecta del canal de distribución y el punto de venta. Todos son factores claves para el éxito comercial de un vino.
La importancia de los sentidos en la comercialización del vino
Tanto si somos bebedores habituales, como ocasionales o si lo que queremos es regalar un vino en una ocasión, los sentidos entran en juego de una forma importante.
Puede que los bebedores habituales no se dejen influir más que por los sentidos durante la cata. Pero lo que es innegable es que si cualquiera acude a una vinoteca a adquirir un vino sin tener mucho conocimiento, en el primero que nos fijamos es en aquel que nos llama la atención ‘por la vista’ por algún motivo.
Ya os hemos hablado en ocasiones del tema de las etiquetas del vino y las curiosas e ingeniosas que las hay. Una etiqueta llamativa hace que nos acerquemos a ver la botella y puede influir y mucho en el acto de la compra.
Lo mismo ocurre con el nombre escogido por la bodega para su comercialización. Cuando ‘la vista’ nos lleva a ver una botella podemos ver el nombre del vino. Un nombre ingenioso, simpático, original…, en un vino, ayuda mucho a que ese vino se venda, aunque sea porque tenemos que hacer un regalo y queremos que resulte original o simpático.
Y no cabe duda que si por ejemplo queremos hacer un regalo, el packaging o caja en la que vaya el vino juega un papel fundamental en la toma de decisiones de compra final.
Ahí ‘la vista’ vuelve a ser el sentido que más entra en juego. Un packaging original, llamativo e interesante, puede hacer que un no muy buen vino sea adquirido frente a otro que, en teoría siendo mejor vino, a los sentidos no llama tanto porque tiene uno no tan llamativo.
La combinación de muchos factores dependientes del sentido de la vista son determinantes a la hora de comercializar un vino. Por ese motivo hacemos hincapié en que toa bodega que quiera sacar un vino al mercado debe de cuidar hasta el más mínimo detalle ya que los sentidos juegan un papel importante, y no solo para realizar una cata.
