Hoy traemos una recetita rica y barata, algo que es bastante interesante. Se trata de la receta de Costilla de cerdo guisada a la cerveza a la que le hemos añadido en esta ocasión un arroz como guarnición, aunque podréis ponerle unas patatas en cualquiera de sus formas, unos pimiento o lo que se os ocurra.
Nosotros lo hacemos con costilla fresca, no adobada, ya que preferimos hacer nuestro propio adobo.
Vamos con los ingredientes para 4 personas:
- 1 kilo de costilla de cerdo fresca
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- una hoja de laurel
- medio pimiento rojo
- pimienta blanca
- perejil
- aceite
- agua
- sal
- un bote de cerveza
Elaboración:
Lo primero es trocear la costilla en trozos similares de tamaño y retirarle el exceso de grasa que tenga. Siempre es bueno dejar algo por el sabor que deja aunque luego la retiremos y no la comamos. Las salamos, echamos perejil, uno de los dientes de ajo muy picadito y pimienta blanca. Hacemos que impregne todas las costillas y lo dejamos unos 20 minutos para que se pegue bien a la carne.
Cogemos el otro diente de ajo y lo echamos en una sartén troceado y comenzamos a pasar cada trozo de costilla para que se nos dore por todos los lados. A medida que se vayan dorando las retiramos para que escurran el aceite y reservamos.
El aceite que queda se pasa a una olla en la que echamos la cebolla en tiras y el pimiento en trozo junto a la olla de laurel. Ojo, si hay trozo de ajo quemado hay que retirarlos. Se sofrie la cebolla y el pimiento y cuando estén blandos se echa la costilla escurrida. Cuando esté toda incorporada echamos un bote de cerveza y salamos. Cubrimos y dejamos cocer a fuego medio entre 30-45 minutos, según veamos lo tierna que quede la costilla.
Ses escurre y se sirve con la guarnición escogida. Nosotros en esta ocasión hicimos arroz blanco y lo volcamos a la olla para conseguir que todo se impregnase bien.
Truco: cuidado con la cerveza que echamos. Hay cervezas de todo tipo, más o menos amargas, dulces,…., con alcohol, sin alcohol,… de la cerveza que echemos dependerá el sabor que se consiga. Si echamos una cerveza muy amarga o bien usamos cebolla dulce o bien en la guarnición podremos darle el dulzor.
Sabremos que nos ha quedado bien cuando al coger una costilla la carne se desprenda del hueso en el momento de darle un bocado.
