Se cree que los pastéis de nata fueron creados antes del siglo XVIII por monjes católicos en el Monasterio de los Jerónimos (portugués:Mosteiro dos Jerónimos) en la parroquia civil de Santa Maria de Belém, en Lisboa: por esta razón, se les conoce alternativamente como Pastéis de Belém (singular: Pastel de Belém).
Durante la historia medieval portuguesa, los conventos y monasterios de Portugal produjeron grandes cantidades de huevos, cuyos blancos eran muy solicitados para el almidonado de la ropa (como los hábitos de las monjas) y también en las bodegas (donde se utilizaban para el aclarado de los vinos, como en Oporto). Era bastante común que estos monasterios y conventos portugueses produjeran muchas confecciones con las yemas de huevo sobrantes, lo que dio lugar a una proliferación de recetas de pastelería dulce en todo el país.
Servicios: de 12 a 16 tartas individuales
Tiempo 25 minutos
Ingredientes:
– 4 yemas de huevo
– 75 gramos de azúcar molido
– 140 ml de crema de un solo uso
– 500 gramos de hojaldre prefabricado
Paso 1:
En un tazón, bate las yemas de huevo y el azúcar hasta que esté espeso y pálido. Añade gradualmente la crema, batiendo bien.
Paso 2:
Vierte la mezcla en una cacerola de base pesada y llévala a fuego lento, revolviendo constantemente. Hervir a fuego lento, revolviendo constantemente, hasta que la mezcla se espese.
Dejar enfriar.
Paso 3:
Precalienta el horno a 240°C/gas 9. Ahora extiende la pasta de hojaldre finamente y cora 12-16 rondas.
Paso 4:
Usa las rondas de hojaldre para forrar un molde de mini-muffin engrasado y profundo, presionando bien el pastel. Luego llena cada caja de hojaldre con una cucharada de la natilla enfriada.
Paso 5:
Hornear durante 10-15 minutos hasta que la pasta esté dorada y levantada y la natilla se haya dorado en la parte superior. Enfríala y luego sírvela.
