Nos ha parecido muy interesante el artículo que trata este tema en la web winefolly.com, con lo cual nos ha parecido interesante compartirlo con vosotros. Seguro que os gustará, y más si sois amantes de los vinos tintos. Joven, crianza, reserva y gran reserva, son las diferentes tipos de vinos tintos de La Rioja que nos podremos encontrar para poder tomarnos una buena copa o maridarlos con nuestra comida preferida. ¿Conoces en qué se diferencian?
Ni que decir tiene que la mayoría de estos vinos tienen como varietal principal la Tempranillo, uva característica de esta zona.
Estas son las etiquetas que emplea el Consejo Regulador Denominación de Origen Calificada Rioja, responsable de velar por la calidad de lo vinos que se producen a su amparo.
Rioja Joven
Son los vinos del año, máximo de dos años. Frescor, carga frutal importante son algunas de sus característcias. En eso no se diferencian de otros tintos jóvenes de otras DOs.
En este tipo de vinos no hay paso por barrica o, en caso de que la haya, es testimonial, unos pocos meses.
Rioja Crianza
Estos vinos ya poseen un período mínimo de crianza en barricas de 12 meses además de algunos meses en botella. Conservan buena carga frutal ya que el paso por barrica no es excesivo, pero ya se les comienza a notar el paso por la madera en nariz y boca con toques especiados. La varietal Tempranillo tiene un gran tanino natural, con lo que tienen más cuerpo que otros vinos como por ejemplo los elaborados con Merlot. Muchos los comparan con los Cabernet Sauvignon.
Rioja Reserva
Estamos ante vinos que se elaboran solamente con añadas excelentes que permiten elaborar vinos con gran potencial de envejecimiento. De hecho pasan un mínimo de crianza de 36 meses, con al menos 12 en barrica. Lo normal es que superen estos meses mínimos de crianza
Gran Reserva
Vinos elaborados también en añadas excepcionales y con un período mínimo de crianza de 24 meses en barrica de roble y 3 años más en botella.
En estos dos últimos tipos de vinos, la complejidad de los mismos es un hecho. Suelen ser vinos complejos, con el tanino muy bien conformado y la carga frutal persiste pero se compagina con los aromas y sabores procedentes de la crianza.
