Enoturismo no es vender vino 1
Enoturismo

Enoturismo no es vender vino

Mucha gente que no se ha parado a analizar lo que significa el concepto de ‘enoturismo’ puede creer que el enoturista es aquel que se desplaza a una determinada zona o bodega exclusivamente para beber vino. Digo yo que le resultaría más cómodo y más barato el pedir el vino por correo o el bajar a un establecimiento a adquirirlo.

El enoturismo es un concepto que va más allá del mero disfrute de una copa de vino. Enoturismo no es vender vino. Es un conjunto de sensaciones, vivencias y experiencias que el amante del vino disfruta en todo lo que rodea este mundo, no solo beber. El disfrutar de un paseo por un viñedo y ver como la naturaleza trabaja las viñas, el disfrutar de paisajes naturales espectaculares tomando una copa de vino, el aprender más del mundo del vino ya sea mediante catas, masterclass, lecciones de enólogos o acudiendo a museos del vino como los que tenemos en diferentes puntos de España. Ya no digamos si lo que se quiere disfrutar es del maridaje con la gastronomía de la zona.

El enoturismo es una actividad turística cultural, como hay quien prefiere ir a visitar museos tradicionales, ver castillos o visitar catedrales. El enoturismo es una actividad lúdica, no en vano en muchas ocasiones se une a jornadas festivas, fiestas gastronómicas, certámenes musicales,….

Todo ello debe de eliminar de nuestra mente la idea de que el enoturista solo viaja para beber vino. Repetimos: Enoturismo no es vender vino.

Y es que si esta fuera la conclusión, aquellas zonas de España con más enoturistas deberían de ser las que más vino venden, cosa que no es así. Veamos unos ejemplos.

Según el último estudio de la firma Nielsen sobre el vino más bebido por los españoles nos encontramos con el siguiente top 10:

Esto haría creer que aquellas zonas que más vino beben los españoles son las que más visitas reciben al cabo de un año en términos de enoturistas. Comparemos lo entonces con las cifras del último estudio de ACEVIN del enoturismo del 2015.:

Para aquel que identifica beber, comprar o gastar más dinero en vino con el enoturista, pensaría que Enoturisme Penedés y Marco de Jerez, serían las Rutas del Vino de España con más porcentaje de ventas entre los españoles ya que el número de enoturistas al año es muy superior al resto de rutas. Pero por contra vemos que Enoturisme Penedés está en séptimo lugar de las rutas más bebidas por los españoles y el marco de Jerez no está en el top ten.

Por contra, la segunda DO que más bebemos los españoles es Rueda con un 10,10% de cuota de mercado pero, sin embargo está en la posición 15 de un total de 24 rutas en cuanto al número de enoturistas que recibe.

Las dos rutas del vino de Rioja juntas, se quedarían como la tercera ruta del vino más visitada, pero sin embargo es de lejos la que bebemos más los españoles con un 34,80% cuota de mercado.

Con esto concluimos que no es solo vino lo que buscan los enoturistas, sino que quieren y demanda muchas más cosas de forma paralela al mundo del vino: grandes núcleos urbanos cerca de las rutas, buenas vías de comunicación, oferta amplia de servicios y potenciales actividades,… Pero que nos quede claro que enoturismo no es vender vino solamente.

Y para hacer comparativa de números vamos con otro ejemplo. Cojamos dos rutas del vino que hayan experimentado incrementos de enoturistas superiores al 100% entre 2014 y 2015, por ejemplo la Ruta del Bierzo y la del Empordá. La primera ha pasado de 10.828 a 23.213 enoturistas y la segunda de 37.200 a 92.092. La primera un incremento de visitas de más del 100% y la segunda de largo supera el 200% de incremento.

Si miramos el estudio de ACEVIN, el gasto medio del enoturista:

Pongámonos en el caso más positivo, que los visitantes a bodegas gastan 18,03 euros y los que visitan museos 5,02 euros. Es más, pongámonos que todos los enoturistas van al mejor caso, o sea, a 18,03 euros por visita.

Si tenemos estas cifras, nos daría que los ingresos de la primera de las rutas del vino que tomamos como ejemplo, la del Bierzo, serían de 418.530,39 euros al año (curioso cuando esta ruta en los últimos años ha recibido dinero público por más de 2 millones de euros y sigue pidiendo ayudas año a año).

En la segunda ruta, la del Empordá, la facturación sería de 1.660.418,76 euros, nada menos que 4 veces más de ingresos que la ruta del vino primera que cogimos como ejemplo.

En la primera ruta hay 17 bodegas y 2 museos y en la segunda ruta hay 25 bodegas y 4 museos. Sumando ambos casos, 19 figuras en la primera ruta saldrían a 22.027 euros al año y 29 en la segunda a 57.256 euros al año, cada una. Como podéis ver, aunque la segunda ruta es muy superior a la primera, nos parecen cantidades que no son precisamente suficientes para mantener una bodega en funcionamiento al año. ¿Conclusión? Una cosa es el enoturismo y otra vender vino y esto es lo que mucha gente y muchas bodegas no lo acaban de ver claro: ‘ni por muchas visitas que se tenga de enoturistas, se va a vender más vino; con pocos enoturistas que se tenga se pueden vender cantidades enormes de vino’.

Lo ideal es conseguir el término medio, o sea, tener muchos visitantes y vender mucho vino, pero eso es una tarea complicada. Por último, para recuperar el título del artículo, o sea, ‘Enoturismo no es vender vino’, cada entidad que participa en estas rutas del vino debe de ver que quiere para su pervivencia en el futuro y realizar acciones encaminadas a conseguirlo. El Enoturismo, según las cifras presentadas, es u apoyo a las bodegas para crear marca, pero siempre y cuando esto se traduzca en incremento de sus ventas de vino. Habrá bodegas que si lo consigan y otras que no. Cada uno que analice sus propios datos y saque sus conclusiones. La pregunta del millón para cada bodega sería ¿qué retorno me da a mi en mi negocio el mantener una actividad de enoturismo? 

Enoturismo no es vender vino

Pedro Guerra
Colaborador de Recetum.com