Mencía de 2 2016
Catamos Mencía de 2 2016, el primer mencía de la nueva añada de la vendimia pasada. Es un vino del que ya hemos catado todas sus añadas desde 2010, con lo que estamos ante la séptima añada que catamos de este vino. Y aunque es raro catarlo tan temprano, ya que habitúa a salir en febrero casi marzo, lo hemos podido catar ya que han sido embotelladas una serie de botellas solamente para el evento que celebramos el pasado sábado en La Moncloa de San Lázaro en Cacabelos, el Bierzo.
Pero es más, hemos podido realizar una pequeña cata vertical ya que hemos probado y comparado las añadas del 2014 y 2015 de este Mencía de 2.
Siendo como es un vino joven, de los de beber en el año siguiente a su vendimia, hemos encontrado la añada del 2014 genial, la del 2015 muy buena pero, lo más sorprendente, la añada del 2016 espectacular.
Siendo un vino sin crianza como es, lo normal es que la añada del 2015 fuese la mejor en cata. Pero no ha ocurrido así.
Añadas 2014, 2015 y 2016
La del 2014, es una clara muestra de como los vinos jóvenes pueden ganar con tiempo en la botella sin haber tenido crianza. La añada del 2014 deja un vino con carácter que, conservando su juventud, se ha redondeado en botella de forma genial. Los aporte de la fruta fresca se mantienen pero se percibe un toque de madurez no propio de los vinos jóvenes. Realmente un vino que nos ha parecido excelente.
La del 2015, que en teoría debería de ser la que estuviera en su plenitud, nos ha parecido muy buena. De este vino os hablamos el pasado septiembre, y ya os indicamos que nos había gustado mucho. Pues estos 4 meses más que ha pasado en botella le han sentado genial. Se ha controlado la acidez, tan típica de los Mencía, se ha asentado la carga frutal y se le nota un toque ya a vino con carácter, como si hubiese pasado un poco de crianza pero sin la presencia de los toques que da la madera.
Mencía de 2 2016
Pero la que nos ha sorprendido de una forma increíble es la añada del 2016. Nos ha parecido un vino excelente, espectacular, pero más aun teniendo en cuenta que ha sido embotellado un mes antes de lo habitual para poder beberlo en este evento, con lo cual, este vino cuando se embotelle dentro de un mes, habrá reposado este tiempo y, sin duda alguna, estaremos ante un vino aun más espectacular.
Nos ha parecido uno de los mejores vinos Mencía sin crianza que hemos probado en los últimos años. Y repetimos que está aun sin embotellar casi toda la añada.
Color típico de los Mencía como podéis ver. Fruta en estado puro, frutas rojas, toques ligeros a hierbas, una acidez ya muy controlada en estos momentos. Fresco de entrada en boca, amplio en paso, elegante y frutal de nuevo en boca. Persistente final y con un retrogusto a frutal roja genial.
Un vino muy vivo, lógico en un vino joven, pero ya muy redondo y hecho dentro de este tipo de vinos. Estamos deseando poder catarlo en un par de meses para comprobar lo bien que le ha sentado el reposo. Pero viendo como evolucionaron en botella el 2014 y el 2015, este vino se nos antoja que estará espectacular allá por finales del 2018 y comienzos del 2019.
