Bajo este nombre, Château Hansen Cabernet-Gernischt 2012, nos encontramos con un vino de China, cara muestra del importante potencial que nos presenta el gigante asiático en el mundo de la elaboración de los vinos. Estamos ante un vino orgánico elaborado en la zona de la Mongolia interior, hablamos de un vino de una bodega que produce en 2 millones de botellas al año, lo que supone un nivel de penetración en el mercado más que interesante.
Es un vino elaborado por la varietal Cabernet-Gernischt, una variedad de uva que se ha identificado como genéticamente idéntica al Carmenere de Chile. Por esto se percibe un vino potente en nariz con una inundación de fruta madura y negra con clara presencia de cassis y mora, y un poco de toque a hierba verde que lo hace un vino muy atractivo.
En boca es fácil de beber, con sus suaves taninos suaves y jugosa acidez y la dulzura de la felpa de la fruta.