La vendimia de Chianti, una de las más cálidas del último siglo y para muchos de los enólogos de la Toscana, es ideal, lo cual hace creer que los vinos de este año van a ser de una calidad excepcional. Una brotación temprana, un largo ciclo de maduración y cosecha tardía. Todo ello hace prever que los vinos serán sin duda de una grandísima calidad.
Además hay que indicar que se viene de un 2014 muy difícil con la falta de sol y mucha lluvia.
Las lluvias que se produjeron a finales de agosto refrescaron las temperaturas y hicieron que volviesen las condiciones perfectas para que las uvas continuaran su proceso de crecimiento y el engrosamiento de la piel. Septiembre fue cálido y seco, con muy pocas lluvias ayudando a una excelente maduración y trayendo las condiciones ideales para la cosecha.
Las uvas blancas fueron cosechadas a finales de agosto hasta principios de septiembre; el Sangiovese y Cabernet recogieron empezando desde el 20 de septiembre hasta principios de octubre. La cantidad de producción es 5% menor si se compara con el año pasado (que era abundante y de menor calidad).
Las altas temperaturas de este año se han atribuido a los crecientes efectos del calentamiento global, pero se indica que eso ha sido beneficioso para el cultivo de la vid del Chianti.
