Fiesta del 150 cumpleaños de Vega Sicilia en Nueva York. Para tal celebración, como no podía ser de otra forma, la bodega española llevó sus mejores vinos, entre los que se encontraba alguno que casi tenía un siglo de edad.
No ha sido casualidad escoger esta ciudad para realizar esta fiesta, ya que es este país el principal mercado exterior de esta bodega.
En una cata de Riberas de Duero fue por invitación y acudieron decenas de enólogos, clientes y distribuidores en un restaurante de esta ciudad, en el cual Vega Sicilia ofreció el maridaje de cuatro platos con diez de sus vinos tintos de cosechas que van desde 1921 hasta 2010.
Como dicen desde la propia bodega, ‘es lo mejor de nuestra historia’.
Hubo además un Montrachet francés y un vino dulce húngaro, el Oremus Tokaji Eszencia, como preludio y epílogo del concierto de tintos que llevó la bodega española a Nueva York.
Al Único de 1921, Ausás lo calificó, con indulgencia, como el «abuelo» de la gama que se presentaba. «Probablemente no está en el mejor momento, como el abuelo, pero sigue siendo el abuelo», dijo el enólogo de la bodega.
La cata incluyó además botellas del Ribera de Duero Único de las cosechas de 1942, 1953, 1960, 1970, 1981, 1990, 1999 y 2004, y el más joven, el Valbuena de 2010.
Del Único de 1942, con una producción de 12.150 botellas, destacó el hecho de que, por las características de la cosecha de ese año, se trata de un vino «perpetuo» que aguanta muchos años de reserva.
Del Único de 1953, del que se produjeron 32.000 botellas, dijo que «el tiempo no pasa para él», a pesar de que para los mejores caldos de Vega Sicilia es conveniente esperar entre 30 y 40 años para disfrutar todas sus ventajas.
Y del más joven, el Valbuena de 2010, que será lanzado al mercado el año próximo, con una producción de 179.600 botellas, dijo que se trataba de un primer enfoque de la bodega con un caldo de gran complejidad.
