Preparando el café perfecto 3
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Preparando el café perfecto

Cada uno de los consumidores de café tiene un tipo o forma de hacerlo que es su predilecto. Con leche, solo, solo largo, cortado, expresso,…, infinitas formas para infinitos consumidores. Por lo tanto, si estamos preparando el café perfecto, hemos de tener muy en cuenta de quien es la persona que se lo vaya a tomar ya que, por mucho esmero que pongamos en su elaboración, si damos un café con leche a alguien que no le gusta esta, de mejor café, nada de nada.

Sin embargo, en este artículo que titulamos ‘preparando el café perfecto‘, hemos recogido los consejos y guías que debemos de seguir siempre, con independencia del tipo de café que vayamos a elaborar. Luego cada uno, en función de su gusto, deberá de añadir los ingredientes que considere, pero siempre partiendo previamente de haber hecho los puntos que os pasamos a comentar.

Partiendo de la base de que la proporción de agua y café a usar es fundamental, dará lugar al que más nos guste a nosotros, sin que eso signifique necesariamente que sea el café mejor del mundo. Distintas proporciones darán lugar a diferentes cafés y todos buenos seguro. Quitando esta relación indicada, veamos lo que es común a todos los tipos de café:

  1. Primero y fundamental es el comprar buenos granos de café. Lo solemos comprar empaquetado ya, pero para hacer el café perfecto, sin duda debemos de comprar el café en grano y molerlo nosotros.
  2. Si consideramos que el molerlo nosotros es fundamental, esto lo deberemos hacer justo antes de que lo vayamos a hacer. Molerlo para usarlo un par de días después, sin duda le hace perder al café gran parte de sus propiedades.
  3. El contacto con el oxígeno o el sol deteriora el café. Los granos deberán de estar herméticamente cerrados y no a la luz solar. Incluso, si creéis que tardaréis mucho tiempo en consumir esos granos, lo mejor es congelarlos.
  4. Ahora es cuando ya empieza la parte que comentábamos antes ¿cuánto de agua y cuánto de café? Hay quien dice que la relación perfecta es la de 30 gramos de café por cada 525 ml de agua y de ahí sacar las equivalencias.
  5. Hacerlo siempre según nos indica el fabricante de la cafetera que estemos usando. Italiana, de goteo, embolo,…., todas dicen claramente como se debe de hacer. Conseguir hacer la metodología como estandar acabará permitiendo realizar el café perfecto.
  6. Emplear las mejores herramientas: mejores molinillos, mejores cafeteras,…. Buenas herramientas facilitan el trabajo, además de durar más tiempo.

Buscando la perfección

Los seis puntos anteriores son comunes a cualquier tipo de café que vayamos a realizar. La cafetera expresso, la italiana y la de émbolo son las que nos permiten elaborar un café más intenso mientras que las cafeteras de filtro o goteo son con las que lograremos un café más claro.

Decidido la cafetera a usar, ¿qué deberíamos de analizar ya de forma más concreta?

El grosor a la hora de moler el café es fundamental. Moler muy fino permite que el agua entre por el café y adquiera sus propiedades. Por lo contrario, moler más grueso es justamente lo contrario. De esta forma, las expresso y las cafeteras italianas requieren una molienda fina, las de goteo y filtro una media y la cafetera de émbolo molienda gruesa.

La temperatura del agua con la que hacemos el café es también fundamental. A más calor el café saldrá antes (las expresso casi de forma inmediata), pero si nos pasamos de caliente, estropeará sin duda el café. Ideal, entre 90 y 95º.

Remover el café mientras se hace. Hay cafeteras que lo permiten y otras que no. Favorece la disolución de las sustancias del café, pero el removerlo enfría el agua, por lo tanto, este último punto queda para paladares ya muy sibaritas.