Otras 101 etiquetas de botellas de vino realmente curiosas e ingeniosas (2ª parte) 90
José Luis del Campo Vinos

¿Vamos al vino premium o al barato?

¿Vamos al vino premium o al barato?

¿Vamos al vino premium o al barato? Algo curioso está ocurriendo en el mundo del vino y, mucho de ello, se debe a la aparición de los ‘millennials’ dentro del mercado de consumo.

Los últimos estudios realizados por Nielsen en pautas y comportamientos de compra, muestra que por ejemplo, en los USA, y aquí está ocurriendo algo similar, el segmento que más crece en porcentaje de ventas es el de los vinos denominados ‘premium’ dentro de las cadenas de los supermercados.

En concreto hablamos de vinos de alrededor de los 12 dólares, unos 10,50 euros, y en adelante. Se centran estas compras en bebedores del segmento millennials que quieren probar cosas nuevas y se aventuran a vinos de estos precios. Compran menos vino, pero de mejor calidad (entre comillas) al entender que los vinos en España de más de 10 euros en los supermercados son de mejor calidad.

Premiuzando

Esta tendencia haría prever que nos estamos ‘premiuzando’, pero nada más lejos de la realidad.

Nielsen indica que, pese a que es el segmento de vinos que más crece en ventas, el 30% del total de los vinos que se venden en los supermercados tienen precios que oscilan entre los 3 y los 6 dólares la botella, la horquilla segunda más baja en precios. A esto se le añade que hay un porcentaje también interesante que compra vinos de menor precio incluso (horquilla de 0,99 a 2,99 dólares).

Y aquí pasa más o menos lo mismo. La muestra está en que los nuevos bebedores de vino buscan experimentar y descubrir y están dispuesto a pagar un poco más por vinos en teoría mejores. Pero los bebedores tradicionales de mayor edad, centran sus compras en vinos baratos. Muestra de esto basta con ponerse un el lineal del LIDL y ver los vinos que meten los clientes en sus carros de la compra.

El cliente tradicional va a la marca conocida de toda la vida, y sin pasarse de su presupuesto de máximo 6-7 euros, o bien a la compra de vinos baratos.

Hacia dónde tirar

Premiurizarse implica disponer de más recursos económicos para adquirir ‘mejor vino’. Viendo que la capacidad económica de las familias en España es cada vez menor, por mucho que nos digan lo contrario, considero que este camino, aunque sea el mejor para favorecer la marca de ‘vinos de España de calidad’, no va a ser el que se siga.

Se va a seguir por el camino de lo barato y, como mucho, en la relación calidad/precio económica. No nos engañemos. Cuando los recursos económicos se reducen en el hogar, lo primero que se reduce es el consumo de lo no esencial y, hasta día de hoy, el vino no es un artículo de primera necesidad.