No he podido por menos que llamar a este artículo /reflexión hoy de esta forma: ‘La pillería en la gastronomía, el engaño al consumidor y la permisividad de las AAPP’, porque de eso va a ir el tema hoy, de como los listos engañan al consumidor en materia de gastronomía con total impunidad y permisividad de las AAPP que deberían de velar porque así no ocurriese.
No hace mucho un estudio reflejaba que con el ‘apellido’ ibérico se vendían una serie de productos que significaba tener el doble de cerdos ibéricos en España de los que realmente había. ¿Solución de las AAPP? En vez de intervenir drásticamente el mercado para evitar el fraude a los consumidores, se ampliaron por diferentes RD el tipo de cerdos que podían denominarse como ‘ibéricos’, separando los ‘ibéricos puros’ de los ‘ibéricos’ (ya sean en un 75% o 50%).
Si vamos al mundo del vino, pasa algo parecido, pero con la salvedad de que ahí las AAPP no pueden intervenir. Una determinada bodega que comercializa un determinado vino a un precio recibe un premio de reconocimiento (a saber como lo consigue, eso es otra cosa), y de pronto ese vino sube un 25%, 30% o 35% el precio. El vino es el mismo, no ha cambiado nada, pero está claro que es una política comercial de algunas bodegas para aprovechar el tirón de ese premio y el consumidor es libre de entrar en ese juego o no, sin que las AAPP puedan hacer nada. Realmente es otra forma de engañar al consumidor, pero legal, eso sí.
Pero vamos a lo que nos ocupa para que veamos el por qué de este artículo.
Engaño al consumidor y permisividad de las AAPP
Hemos llegado de vacaciones a Galicia y nos hemos encontrado nada más llegar una gran superficie, de la cuál no vamos a poner el nombre, que en la puerta tiene colgado un cartel promocionando los productos de calidad gallegos, fundamentalmente el marisco y el vino.
Lo del vino puede que no sea un engaño, ya que aparece como se sirve una copa de vino cuya etiqueta es la bandera gallega. Vino blanco que, realmente, desconocemos si es o no gallego ya que no lleva ninguna etiqueta identificativa de ninguna de las Denominaciones de Origen Gallegas.
Lo peor, y donde hay un claro engaño al cliente es en el tema de los mariscos. En la foto aparece un pulpo que, a todas luces no es gallego. Ese pulpo, a poco que uno conozco el marisco y esté familiarizado con el tema, ve a leguas que es un pulpo de los denominados de ‘Marruecos’, porque es de esta zona de donde procede. Las imágenes de al lado, muestran unas zamburiñas que, si preguntas en cualquier lonja gallega, te dirán que proceden de Escocia. Almejas, gambas,……
Dos son los hechos graves que aquí ocurren ya que son todos ellos productos de peor calidad que los mariscos gallegos:
- Primero y grave: engaño al cliente. Se le está vendiendo al cliente una marca de calidad de mariscos que no se ajusta a la realidad.
- Segundo e igual de grave: se está perjudicando a la marca de calidad del marisco gallego porque quien lo compre y lo lleve para su casa cree de verdad que lo que lleva es marisco gallego cuando no lo es.
¿Qué hacen las AAPP al respecto? Después del dineral que se han gastado en crear sellos como Galicia Calidade, van y miran para otro lado cuando las grandes superficies comercializan productos del exterior como si fueran gallegos. No se que es peor, quien engaña al cliente final o quién permite el engaño sin intervenir.
Es más, cualquiera que sepa un poco de pulpo por ejemplo, se daría cuenta que en el Forum Gastronomic de A Coruña del 2014, en la foto de los tres ganadores, alguno no está cociendo pulpo gallego, y estamos hablando de un evento gastronómico que se vende como de productos gallegos y calidad contrastada.
Respuesta de las grandes superficies
Como en esto de que ‘engañar’ es muy subjetivo, por eso nosotros hablamos en el título de ‘pillería’, las grandes superficies se curan en salud, ¿cómo? Ellas no mienten, dicen la verdad. Afirman que compran el marisco en este caso en lonjas gallegas, dando a entender que es gallego lo que compran, pero la realidad es que el pulpo es marroquí o las almejas y percebes son portugueses, pero todos ellos deben de pasar igualmente por la lonja. El que se compren en lonjas gallegas no quieren decir que sean mariscos gallegos.
Repercusión en la hostelería
Otra de las patas importantes que intervienen aquí es la hostelería, o sea, la restauración.
La gran mayoría de los chefs de renombre quiere que se comercialice como gallego el marisco que realmente lo es y no lo que se ‘dice que es’. Hemos hablado con Pablo Gallego, que tiene su restaurante de plena Plaza María Pita de A Coruña y con amplia fama de la calidad de su marisco, siempre gallego.
Reconoce que el turista que no escatima en dinero para una buena mariscada y valora el producto, está dispuesto a pagar 70 euros por una centolla por ejemplo en su restaurante. Pero que luego viene el turista que pregunta por el precio y dice que por esa misma cantidad en un restaurante cercano come centolla, percebes, cigalas pulpo e incluyen el vino. Lógicamente, al turista/cliente, se le vende la calidad del ‘marisco gallego’ cuando lo que come no tienen nada que ver con los productos gallegos. Pero claro, por 70 euros, una pareja presume de haber comido una ‘gran mariscada gallega’, cosa que dista mucho de la realidad.
